Una semilla no sabe qué va a pasar. No sabe que puede ser un árbol, una flor…

Una semilla que no se abre a germinar puede sobrevivir durante siglos, es cierto. Permanecerá en el mundo sin riesgos, intocable.

Pero, ay! de aquella semilla que decida abrirse… le esperan retos, crecimiento, desafíos, descubrimientos, satisfacciones, frustraciones, alegrías, tristezas, placer, dolor…

En fin, a la semilla que decide abrirse, le espera LA VIDA.

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