Mar adentro nunca se está seguro, pero los barcos están hechos para navegar no para quedarse amarrados en el puerto.
A merced del agua y del viento, los barcos que zarpan asumen la incertidumbre como parte del «navegar».
Cualquier situación que se viva en alta mar, por intensa que sea, el tiempo la convertirá en anécdota. Así que, asegurémonos de aprender y extraer todo el descubrimiento posible mientras dure.